El Comercio Triangular, ha sido banalizado como un sistema de comercio implementado en el océano Atlántico. Mediante el cual se hacían transacciones internacionales, que dieron inicio a la globalización. Participaban en él, tres continentes; Europa, América y África.

Es realmente infame incluir al continente africano como participe del intercambio comercial, implementado en el Atlántico. No es un secreto que, desde el descubrimiento de América hasta mediados del Siglo XIX, Europa dominaba al mundo entero. El “Comercio Triangular”, fue iniciado por Europa en el Siglo XV, con la participación de sus colonias en tres continentes.

Es decir, eran los colonos europeos, quienes capturaban a los nativos africanos y los vendían. Eran los mercaderes europeos quienes los compraban, transportaban en barcos, esclavizaban y vendían. Y eran colonos europeos, quienes intercambiaban a los esclavos africanos por mercancía y los mantenían esclavos, para que realizaran los trabajos en sus propiedades.

Sin temor a incurrir en error, se puede decir que no hubo un Comercio Triangular entre tres continentes. No hubo tal globalización, ni siquiera transacciones internacionales. Simplemente hubo una Ruta marítima triangular que estableció Europa, entre sus colonias en América y África.

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La esclavitud

Es conocido que esclavitud existe desde la Antigüedad.  Se sabe de esclavos negros en Egipto, Grecia, Roma. Este proceso de esclavitud fue iniciado por los árabes en el siglo VII. Sin embargo, fue la Iglesia católica, la que propicio el inicio de la esclavitud. El papa Nicolás V en 1452, autorizo a los portugueses, a arrebatar las tierras africanas en poder de los sarracenos.

De esta forma convirtieron a las colonias de Angola y Guinea en centros de captura de sus habitantes, para ser esclavizados. Los africanos eran capturados en sus propias aldeas, para luego ser trasladados a los castillos ubicados a lo largo de la costa.

En esos castillos eran hacinados y encadenados en las mazmorras, hasta que eran embarcados. Así, al llegar a América los llevaban a los mercados de esclavos. Una vez adquiridos, su nuevo amo los marcaba con hierro candente. Finalmente eran obligados a trabajar en las minas y grandes plantaciones de las colonias.

Luego se sumaron España y otros países. El número exacto de africanos sacados a la fuerza de su tierra no se puede precisar. Sin embargo, se estima que entre 1500 y 1850 fueron alrededor de los 12 millones de africanos esclavizados.

Los barcos zarpaban desde Europa a África con mercancía como tela y armas. Una vez que llegaban a África, hacían el trueque de la mercancía traída por esclavos africanos, bien sea hombres, mujeres y niños. Luego las embarcaciones salían de África a América, y allí se hacía la venta de los esclavos a los terratenientes.

Toda la mercancía como oro, plata, cacao, azúcar, tabaco, algodón, era transportada a Europa. Donde los comerciantes trataban las materias primas y las refinaban, convirtiéndolas en mercancías que eran vendidas en los diferentes mercados. Estas ganancias eran acumuladas o reinvertidas en Europa.

Este comercio permitió a las colonias en América utilizar los esclavos como fuerza trabajadora y ampliar sus plantaciones y minería.  Lógicamente este crecimiento permitió la expansión económica de las colonias americanas. Por otro lado, Europa se benefició por los productos provenientes de América gracias al tráfico de los esclavos africanos.

Los países del continente europeo, que participaban en esta ruta comercial fueron principalmente Portugal, España, Francia y Reino Unido. En África, países como Guinea Ecuatorial, Angola, Nigeria, Camerún y República del Congo, Ghana, Madagascar, Costa de Marfil y Mozambique.

Los barcos que provenían de Europa generalmente entraban al continente africano a través de los ríos Senegal y Congo. Una vez que cargaban a los esclavos de África, tomaban rumbo hacia América. En este continente tenían diferentes destinos desde Norteamérica hasta América del Sur, en Brasil, Uruguay y Argentina.

Este comercio produjo una gran acumulación de capital en Europa, lo que propició la revolución industrial europea. Grandes fortunas europeas sirvieron para financiar dicha revolución, lo que permitió a Europa dominar el mundo durante varios siglos.

Entre tanto África fue condenada al atraso al sufrir las consecuencias de la salida en contra de su voluntad de una inmensa cantidad de sus pobladores. Es notorio que este proceso de esclavización requería el doble de hombres que, de mujeres. Lo que determinó que este continente quedara sin mucha fuerza laboral, trayendo como consecuencia el atraso económico de la región.

El Código Negro de 1865

Los países europeos elaboraron sus propios códigos para la esclavitud. El primero fue “El Código Negro” de las colonias francesas, impuesto en 1685. A este siguieron códigos españoles.

Artículo 27. Los esclavos enfermos por vejez, enfermedad o por otra causa […] serán alimentados y mantenidos por sus dueños.

Artículo 28. Declaramos que los esclavos no podrán tener nada que no sea de su dueño […].

Artículo 33. El esclavo que hay golpeado a su dueño, o a la mujer de su dueño, o a su amante […], o a sus hijos, con contusiones, o emanación de sangre, será castigado con pena de muerte.

Artículo 38. Al esclavo fugitivo que haya estado fugado durante un mes, a contar desde el día en que su dueño le haya denunciado en la justicia, se le cortarán las orejas y será marcado con una flor de lis en el hombro. Si reincide, se le cortará la corva y será marcado con una flor de lis sobre el otro hombro.

Artículo 42. Los dueños podrán, sólo cuando crea que sus esclavos lo hayan merecido, hacerlos encadenar y golpearlos con látigos o cuerdas. Pero les prohibimos darles tortura y mutilarlos, bajo pena de confiscarles los esclavos y de actuar contra ellos.

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El Genocidio

El término «genocidio», hace referencia a los crímenes masivos cometidos contra grupos de personas de manera sistemática. Este término no existía antes de 1944. Fue Rafael Lemkin (1900-1959) un abogado judío de origen polaco quien creó la palabra «genocidio». Esta resulta de la combinación del vocablo griego “geno” que significa raza o tribu, con la palabra del latín “cidio”, significa matar.

El año 1945, se formó el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg a los fines de acusar a los principales nazis de «crímenes contra la humanidad». Es así como la palabra «genocidio» como un término descriptivo se incluyó en el acta. Es decir, esta palabra no tenía ningún efecto legal.

En 1948, las Naciones Unidas aprueba la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio. Esta Convención establece que el «genocidio» es un crimen internacional que las naciones firmantes deben «evitar y sancionar». En esa Convención se define al Genocidio, en actos que incluyen matanza, sometimiento, traslado a la fuerza, e impedir el nacimiento en el seno del grupo.

Según algunos datos, las tasas de mortalidad de los esclavos durante el viaje oscilaban entre el 8 y el 12 %. Hombres, mujeres y niños estaban expuestos, a condiciones de insalubridad de las embarcaciones. Estas embarcaciones no tenían ningún tipo de regulación, por lo que generalmente estaban en mal estado.

Se estima que al menos 12 millones de hombres africanos fueron víctimas de esclavitud gracias a esta estructura de comercio.

Es lógico suponer, que el objetivo de la esclavitud no era la destrucción física de los indios o de los negros. Sin embargo ¿se puede diferenciar la voluntad de exterminar a un grupo por su raza, del hecho de reducir a la esclavitud a unas personas donde también ocurrieron las muertes de individuos?

Lo que si es cierto es que “el comercio triangular” derivo en una hecatombe. Además, de que el carácter genocida de la esclavitud se manifiesta en el hecho de no reconocer a los negros y a los indios como seres humanos. Como aparece en los códigos negros de 1681 francés y del código negro carolino de 1784 español, en los que se fijaron las reglas del «comercio» y el tratamiento de los «productos» adquiridos.

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