El cambio climático es una realidad presente y una fuerte amenaza a la humanidad, que cada día crece más. En este sentido Fondo Monetario Internacional (FMI), reflexiona sobre el tema, y considera que hasta ahora no se ha el hecho todo lo posible para combatirlo. Estima que las medidas y restricciones se han quedado cortas ante tal situación.

Por esta razón solicita que se aumenten los impuestos a las emisiones contaminantes, con el fin de contribuir a aminorar el problema. Y con una pequeña cuota, limitar el aumento de la temperatura global.

Las medidas que pide el FMI, consisten en aumentar la tasa a 68 euros (75 $) por tonelada de dióxido de carbono (CO2), que sean capaces de emitir los diferentes países en el 2030. En este sentido, los encargados de realizar el estudio denominado “Políticas fiscales para frenar el cambio climático” añaden, que es necesario hacer cambios al sistema tributario y también a las políticas fiscales.

Con ello se logrará limitar el consumo de combustibles fósiles contaminantes y reducir en gran forma las emisiones de carbono del carbón. El Fondo Monetario Internacional está convencido de que los más impactante y eficiente son los impuestos referentes al CO2.

Con ello se logra cambiar las fuentes de energía contaminantes a energías limpias, a través de un aliciente tanto para las empresas como para los ciudadanos. Quienes serán en última instancia los que se verán afectados al aumentar los impuestos a las emisiones de CO2.

De acuerdo a las estimaciones que ha realizado el FMI, aumentar la tasa a 75 $, por cada tonelada de CO2 emitida, equivaldría a un aumento del 43% aproximadamente en las facturaciones de energía. Lo que significa un gran impacto para los hogares. Además, significaría también un aumento del 14% en el precio de la gasolina, durante la próxima década.

No solamente afectaría a los hogares españoles sino a los de todos los países que, en gran parte, todavía dependen del carbón. Como lo es, por ejemplo, el caso de China, país en el cual los hogares tendrían que pagar facturas de energía mucho más altas que aquellos países donde se usan en mayor cuantía, las fuentes de energía renovable.

Según lo que apunta el Fondo Monetario Internacional, este incremento es debido a que los 75 dólares que sería el impuesto, significa un aumento, sobre el precio promedio que tiene actualmente el carbono, del 3600%. Que de acuerdo a la información que maneja el FMI, se encuentra hoy día en 2 dólares.

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La situación de los impuestos en España

El impacto en España se traduce en duplicar la cantidad que se paga hasta hoy las emisiones de dióxido de carbono. Mientras que en Europa el impuesto está alrededor de 22 a 27,5 dólares, equivalentes a 20 – 25 euros /tonelada. Con la propuesta que hace el FMI llegaría a los 35 euros/tonelada.

España es un país donde un 20% de la energía que se usa ya proviene de fuentes renovables. Solo el 9% proviene del carbón. En lo que se refiere al consumo primario de energía. Lo cual cumple con las normas establecidas y exigidas por la Unión Europea, para el año 2020.

Cuando se refiere a la electricidad utilizada, la energía proveniente del viento representa un 20% del total y un 3% es de fuente solar. Asimismo, un 10% es de fuente hidráulica y un 20% de energía nuclear. Estas proporciones indican que España está en una situación ventajosa con el resto de los países que dependen mucho más de fuentes del carbón.

Asimismo, cabe destacar, que aproximadamente en un 60% la energía que se produce en España proviene de fuentes renovables. Por lo que la emisión de CO2 es prácticamente cero.

En este sentido, el FMI destaca, que los ingresos obtenidos por la tasa de este impuesto medio ambiental, es posible usarlo para disminuir otro tipo de impuestos. Como, por ejemplo, el impuesto sobre la renta. O el de las cotizaciones realizadas por las diferentes empresas por concepto de sus trabajadores.

También considera acertado, utilizar los ingresos que supone ese dinero, para dar un apoyo a aquellas regiones que se ven más afectadas debido al cierre de las minas de carbón. Y, por otra parte, invertir en producir energía verde.

Según afirma el mismo estudio, “Este dinero ayudaría a salvar a más de 700.000 personas que mueren al año por la contaminación del aire en el mundo”. Asimismo, contribuiría a detener el cambio climático, de acuerdo a lo acordado por la comunidad internacional y por lo cual se lucha, para tener un futuro mejor.

Un país que considera un buen ejemplo el FMI es Suecia. Aumentó a 127 dólares por tonelada el impuesto al dióxido de carbono. Las consecuencias de este aumento repercuten en la reducción de un 25% de las emisiones de CO2 desde 1995. A pesar de que desde esa fecha su economía se ha logrado expandir en un 75%.

Además, también ha tenido gran efectividad el impuesto sobre los gases fluorados acordado en ese país. Los gases que emiten tanto los refrigerantes como las espumas, aerosoles o extintores, se encuentra en un rango de 5 y 40 $/tonelada, los cuales se han introducido a través de países como España, Noruega o Polonia.

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¿Deben los países más ricos pagar más impuestos?

El Fondo Monetario Internacional en el artículo, señala, que es posible que los países se muestren renuentes a cobrar más por las emisiones de CO2. Ya que consideran la posibilidad de que este aumento en los costos, disminuya la producción de las empresas y las haga menos competitivas en el mercado.

Lo que los lleva a considerar que el problema se debe tratar a través de un acuerdo sobre cuál sería el precio mínimo del carbono que era justo cobrar en países donde las emisiones son altas. Tomando en cuenta a la vez, la economía en cada nación, de manera que fuera un impuesto justo y equitativo.

De esta manera concluyen, que un precio mínimo entre 50$/ tonelada de CO2 emitida en los países más desarrollados en 2030, será justo. Y para los países que se encuentren en desarrollo del G20, un impuesto de 25$/Tonelada de CO2 emitida. Con esta medida se lograría minimizar las emisiones en un 100%.

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