Se pone en duda la teoría de que el comercio fomenta la paz como opinan la mayoría de los profesionales de la economía. Tal como sucede en la UE o en la OMC, que surgieron con fuertes lasos comerciales. Hoy en día se ha empleado el comercio como una potente arma.
Con razón en 1734, el intelectual francés Jean-François Melon escribió que:
«El espíritu de conquista y el espíritu de comercio resultan mutuamente excluyentes en una nación”.
Con el paso de los siglos estas palabras siguen conservando su vigencia, y ha sido repetida por los economistas. Un ejemplo de ello es el presidente de los Estados Unidos que usa el comercio como arma agresiva.
Sin embargo, en su libro Las Pasiones y los Intereses de 1978; Albert Hirschman explica una teoría interesante sobre comercio suave. El doux commerce es interesado, pero menos destructivo y no conduce a la guerra.
Gradualmente la reputación industrial que se basa en los resultados fue mejorando tal como opinó el periodista británico Norman Angell. En 1909 escribió que, la prosperidad promovía la paz y por ende alejaba a la gente de la guerra.
Escribió un best-seller llamado La gran ilusión en el que afirmaba que no un conflicto armado era rentable. Por lo que la expresión de libre comercio inspiraría la mutua cooperación internacional que además sería constante.
Este hombre fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1934… a pocos años de una guerra masiva entre naciones con fuertes vínculos comerciales. Sin embargo, no todo estaba perdido, la esperanza fue restaurada poco después de la Segunda Guerra mundial.
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Esperanza postguerra
Restableciendo el aforismo de Samuel Johnson que dicta sobre un segundo matrimonio “el triunfo de la esperanza sobre la experiencia”. Los fundadores de la Unión Europea estaban convencidos de que los vínculos eran esenciales para conservar la paz.
Una convicción que sirvió de base para establecer el GATT (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles) de 1947. Lo que posteriormente se convirtió en la Organización Mundial del Comercio.
Dos ejemplos de que la teoría del comercio mantiene la paz prevaleció al menos por unos años fueron McDonald’s y la aerolínea de descuentos Ryanair. Del primero dijo el autor y columnista del New York Times Thomas Friedman, en 1996:
“no hay dos países en los que hayan librado una guerra entre sí desde que cada uno obtuvo su McDonald’s”.
Y del segundo caso hizo referencia el mismo jefe de la aerolínea que no ha habido guerra en Europa en 50 años. Gracias a que todos están muy ocupados usando sus servicios, lo que podría hacerlos merecedores del Premio Nobel de la Paz.
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Comercio internacional ¿promueve la paz?
No es fácil asegurar si el comercio internacional es un verdadero promotor de la paz. De lo que si se puede estar seguro es de que contribuido a construir prosperidad en ciertos sectores.
Los Producto Interno Bruto real per cápita a nivel mundial aumentó un promedio anual de 1,9%. Un crecimiento constante que se ha conservado desde 1960 hasta el 2017. Gracias a la globalización, del comercio de bienes y servicios.
Según el sitio Our World in Data, las exportaciones aumentó del 8% al 23%. Desde 1950 hasta el 2010 en proporción a toda la producción económica. Incluso la misma globalización resultó favorecida con la reducción de aranceles. En 1947 correspondía al 22% del valor total, y según un estudio del Banco Mundial, en 1917 equivalían solo al 2,6%.
Estos estudios indican que adicionalmente a esta prosperidad, la destrucción bélica no se compara al inicio del siglo XX. Pero esta correlación no es mera casualidad, existen mas razones para evitar la guerra. Entre ellas está el recuerdo espantoso de los horrores pasados y el latente miedo a un enfrentamiento nuclear.
Pero en cualquiera de los casos la teoría del comercio que fomenta la paz se está deshilachando. Lo mejor es actuar sobre seguro ante cualquier iniciativa empresarial. No es un secreto que Trump ha tratado a la OMC sin decoro; y ha convertido los aranceles en unas muy eficientes armas diplomáticas.
Según el Banco Mundial, como promedio los aranceles de importación estadounidenses se ha duplicado hasta el 4%. Pero se ha adicionado varias propuestas, que de aprobarse esta tasa podría volverse a duplicar.
Ante tan fuerte amenaza, muchos países se sienten en el deber de cruzar las fronteras con ciberataques para defender su propia soberanía. Y no son pocas las naciones que mantienen las ventas de armas convencionales entre sí.
Está fomentándose lo que se conoce como nacionalismo económico en China, India, Rusia y Brasil cuya inspiración está en la forma de actuar estadounidense.
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